jueves, 4 de agosto de 2011

¿Por qué no reformar los mercados?

EL PAÍS. TRIBUNA LIBRE DE SANTIAGO CARRILLO

Algunas actividades que se atribuyen al 15-M han promovido ya discusión en los medios políticos y periodísticos, en los que se habla como si indignados en este país estuvieran solo los jóvenes que han hecho acampadas en las plazas públicas y se manifestaron ante edificios oficiales.

Pero el problema es bastante más grave: aunque todavía no se manifiesta en la calle, la indignación está igualmente viva en gran parte de los afiliados de los partidos políticos existentes, personas que han votado, que no acaban de entender la política que hacen sus dirigentes, pero que han perdido confianza en ellos aunque se resisten a romper con los partidos que han guiado desde siempre su vida. Y la razón es lógica: la crisis y la política que la UE está imponiendo a los Gobiernos elegidos que, por ejemplo en España, se empeña en que los trabajadores y las clases medias acepten unas condiciones tan indignas de vida, que ni el franquismo pudo perpetuar.

Todo empieza con la política de intentar resolver la crisis arañando en los recursos de los trabajadores y las clases medias y las arcas semivacías de los Estados, las cantidades necesarias para reponer las deudas de los bancos contraídas por la irresponsabilidad y la falta de sus ejecutivos, que ellos sí nadan en la riqueza.

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