miércoles, 1 de junio de 2011

Mejor al revés: ¿cuál es la alternativa real al Movimiento del 15 de Mayo?

sinpermiso

Al cumplirse un año de la explícita y radical sumisión del gobierno socialista delseñor Zapatero a los mercados financieros internacionales, y en plena campaña electoral para distintos comicios locales y autonómicos, el sonoro aldabonazo del movimiento del 15 de mayo ha eclipsado en un abrir y cerrar de ojos la aburrida y huera publicidad comercial que los partidos políticos españoles venían formulariamente presentando como genuina propaganda política.

Bastaron tres jornadas de masivas acampadas en Puerta del Sol, Plaça de Catalunya y otras plazas emblemáticas de las grandes y menos grandes ciudades españolas hermanadas en una formidable protesta, para barrer de un seco escobazo y sacar de la atención pública al energuménico hooliganismo futbolístico, a los vulgares lugares comunes de tertulianos de toda laya, al mediocre oportunismo rutinario de los columnistas de cámara, al cansino degoteo mediático de los habituales peritos académicos en legitimaciones varias o al involuntario humorismo de los histriones partidistas de turno, agitadores de las pasiones más feas: las insinceras. Y por supuesto, a los máximos dirigentes de los dos partidos mayoritarios, Zapatero (PSOE) y Rajoy (PP), que baten todas las marcas posibles de impopularidad: cerca del 75% de la población española declara desconfiar de ellos.

La inopinada irrupción del movimiento del 15 de mayo se ha convertido en el centro indiscutible de la vida política española, colocando a nuestro pais en la portada de todos los grandes medios de comunicación internacionales y suscitando, según todas las encuestas formales e informales, un caudal irrepresable de simpatía entre las más amplias capas de la población.

Su radicalidad no ofrece duda: "Error del sistema. ¡Reiniciar!", "No somos antisistema; el sistema es antinosotros".

Su vocación política y democrática, tampoco: "¿Apolíticos? ¡Superpolítcos!", "¡Democracia real, ya!", "Basta de falacia; queremos democracia", "La democracia no está muerta", "Nosotros tenemos el poder, no los políticos", "Reforma de la antidemocrática ley electoral", "Tu voto vale mucho, no lo regales".

De su capacidad para identificar con precisión al adversario, queda cumplida y humorística constancia: "No son humoristas; son empresarios", "No hay pan para tanto chorizo", "Violencia son 600 euros al mes", "Que no nos engAAAñen, que nos digan la verdad", "Tu Botín, mi crisis", "Juntos y organizados, podemos contra los mercados", "Queremos un pisito, como el principito".


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