Todo el agua que cayó en la madrugada del domingo en Jerez nos estaba esperando en Sevilla, no paró de llover, ni un respiro, no hubo tregua, pero la causa por la que íbamos a la manifestación pudo más que las inclemencias meteorológicas. Paraguas y banderas en alto, reparto de chubasqueros, una reivindicación en defensa del empleo, había que estar en Sevilla y allí estuvimos, sinceramente, mereció la pena.
No podía faltar el rock en Panorama
Hace 1 año
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