Señorías, no estamos ante una reforma electoral, estamos ante la legitimación en la tradición política de este país del denominado ‘pucherazo’. El ‘pucherazo’ era un puchero del cual se restaban unos votos para añadirlos a los votos de la mayoría. De eso se trata, de arrebatar votos a las minorías para lograr incrementar de seis a diez diputados la representación de las mayorías, la representación bipartidista de este país.
En primer lugar, señorías, ¿qué pensarían ustedes de un partido de fútbol entre el primero y el último de la liga, donde al inicio del partido el primero de la liga gana por 9-0? Dirían que es un fraude, una estafa. Si además el árbitro fuera casero, dirían que es un fraude, que es una estafa. Si además el público fuera solamente del primero de la liga, dirían que es algo inconcebible. Y si los medios de comunicación fueran únicamente del partido más fuerte, del equipo más fuerte, dirían ustedes que es un fraude, una estafa y una burla. Pues bien, señorías, esa es la iniciativa que hoy traen ustedes a esta Cámara: un fraude, una estafa y una burla.
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